Por Concha Caiña Revisado el 21 de junio de 2023 El proyecto del gasoducto MidCat ha pasado a mejor vida para dar paso a nuevo infante: el BarMar la tubería marítima que conectará Barcelona con Marsella.El trazado del MidCat, de unos 225 kilómetros, que cruzaba los Pirineos desde Cataluña a Francia con el objetivo de llevar el de Argelia a los países del norte de Europa, se topó con el desinterés de Francia y algunos otros problemas prácticos y financieros.De esta forma, los presidentes de España, Francia y Portugal acordaron el pasado 20 de octubre de 2022 acelerar la propuesta de un nuevo corredor de energía verde de Barcelona a Marsella, el BarMar, para transportar hidrógeno y energías renovables.Se conocerán más detalles en diciembre 2022, tras una reunión prevista en Alicante donde el nuevo proyecto pondrá fin al aislamiento energético de la península ibérica.En detalle 01 El MidCat frente al BarMar 02 ¿Cuál es el papel del hidrógeno verde en el MidCat y BarMar? 03 ¿Qué es exactamente lo que a Francia no le gustaba del MidCat? 04 ¿Tenía Francia razón al rechazar el MidCat? El MidCat frente al BarMarEl MidCat y el BarMar tienen el mismo objetivo: poner fin al aislamiento energético de la península ibérica que, de paso, beneficia a toda Europa en tiempos revueltos como los que vivimos. Para muchos es el ahora o nunca.Estos son algunos aspectos de cada uno de los proyectos, aunque del gaseoducto marítimo de Barcelona a Marsella se sabe aún muy poco:La saga del MidCatEl MidCat era el proyecto de un gasoducto de unos 225 km que empieza en la localidad catalana de Hostalric y terminaba en el pueblo francés de Barbaria. Su objetivo era distribuir el gas argelino, la principal fuente de gas natural en España, al norte de Europa.En realidad, era un interconector para unir las redes gasísticas españolas con las francesas y de esta forma poder llegar al norte de Europa, especialmente a Alemania.Su presupuesto era de unos 370 millones de euros al año, incluida una estación de compresión de hidrógeno, para que también se pudiera utilizar en el transporte de hidrógeno verde en el futuro. La capacidad del MidCat sería de 7000 millones de metros cúbicos (m3).Según las estimaciones del gobierno español estaría listo para el otoño/invierno de 2023. El Ejecutivo francés, sin embargo, añadió unos meses y otras objeciones como veremos más adelante. Objeciones que fueron la principal causa de desestimar este proyecto.El MidCat no era un plan nuevo, llevaba varios años en los despachos de los gobiernos español y francés y en Bruselas. Finalmente en 2019, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Reguladora de la Energía de Francia (CRE) dieron carpetazo al proyecto. Muy caro e innecesario fueron las razones.En febrero de 2022 Rusia invade Ucrania y todo cambió desde entoncesBarMar, el gasoducto consensuadoAunque todavía se sabe muy poco del gasoducto marítimo que conectará Barcelona con Marsella y que sustituye al MidCat, al menos cuenta con el beneplácito del presidente francés, Emmanuel Macron, del presidente español, Pedro Sánchez y del gobierno portugués.El primer ministro luso, Antonio Costa también ha ratificado el acuerdo, ya que el proyecto incluye el compromiso de finalizar las obras de otros gasoducto de fuentes renovables que conecta Celourico da Beira y Zamora (CelZa).Los primeros datos apuntan a que la tubería del BarMar tendrá unos 360 km y se acabaría en cuatro o cinco años. Aún no se sabe ni cuánto va a costar, ni quién lo va a financiar. Se espera que tras reunión en Alicante el próximo 8 y 9 de diciembre, se pueden conocer màs detalles del proyecto. ¿Cuál es el papel del hidrógeno verde en el MidCat y BarMar?España quería que el MidCat se financiase con fondos europeos. La Unión Europea no puede, en principio, inyectar dinero en proyectos que no respondan al objetivo de descarbonizar las fuentes de energía, así que el hidrógeno verde (hidrógeno extraído de manera sostenible) era y es una de las grandes apuestas del gobierno español, aunque todavía en fase muy inicial.Los planes del gobierno español pasaban por adaptar también el MidCat a las necesidades del hidrógeno verde, además de transportar el gas natural. De esta forma la Unión Europea podría financiar el proyecto. Sin embargo, otras voces dudaban de la viabilidad técnica.El BarMar, sin embargo, va estar destinado principalmente para transportar hidrógeno, aunque también tendrá que servir para el transporte de gas natural, al menos, durante un periodo transitorio. ¿Por qué el BarMar ahora, y el MidCat antes, son ahora relevantes?Porque Europa se queda sin el gas ruso, especialmente Alemania. El rechazo a la invasión de Ucrania y, consecuentemente, el comportamiento hostil de Vladimir Putin ha forzado a la Unión Europea a buscar otras soluciones. España, relativamente bien provista de gas argelino y, definitivamente sobrada de gas natural licuado (GNL) procedente de EEUU y otros países, ha decidido intervenir.El MidCat, según el gobierno español, aliviaría la carencia de gas natural con un proyecto, cuyo trazado reforzaría las conexiones ́ gasísticas del sur de Europa con el norte.España ya tiene otros dos gasoductos que cruzan a Francia desde el País Vasco, con una capacidad de 8000 millones de metros cúbicos. De haber seguido adelante el proyecto MidCat, el total que España podría exportar con los tres interconectores sería de 15.000 millones.El presidente francés, Emmanuel Macron nunca estuvo convencido. Sin embargo, de su apasionado rechazo inicial con coz caprina incluida, había pasado a un ´lo estudiaré ́ en septiembre de 2022, tras las presiones del canciller alemán Olaf Scholz y su homólogo español, Pedro Sánchez. Para acabar, de alguna manera, ganando la partida. El MidCat, ya es historia. ¿Qué es exactamente lo que a Francia no le gustaba del MidCat?Las razones alegadas eran, por un lado, las tangibles: era caro (lo más probable es que habría que adaptar el resto de la infraestructura francesa y europea para adaptarse al hidrógeno, que costaría millones); el gas que necesita Europa no se arregla con la capacidad del MidCat, los otros dos gasoductos que cruzan España con Francia solo funcionan al 50%, según Francia y, por último,recuerda que el objetivo de Europa es ser 100% en 2050.De otro lado están las ocultas, y siempre presentes, razones geopolíticas.Macron mira de reojo (posiblemente con el ceño fruncido) las aspiraciones de España de convertirse en la reserva gasística de Europa y la cercanía de Olaf y Sanchez, cual amigos de campamento que se han reencontrado décadas después. Además, Francia aspira a reforzar el peso de la potencia nuclear, su principal fuente de energía, y no tiene ningún interés en el gas natural. ¿Tenía Francia razón al rechazar el MidCat?En parte sí:El proyecto podría dispararse, ya que está por ver cómo se adaptaría el resto de la red europea a las necesidades del hidrógeno. Aunque la interconexión se lleve a cabo y esté preparada para llevar hidrógeno verde, no quiere decir que el resto de la red, ni en España ni Francia ni más allá, sea lo mismo.Alemania va a necesitar más de los 15.000 millones de m3 que pudiera proporcionar España, gracias al MidCat. Recibía de Rusia unos 140.000 millones de m3 en la época de las vacas gordas, aunque en la actualidad se ha quedado en menos de 30.000 millones de m3. En parte no:Sí, es verdad que los actuales gasoductos que conectan los dos países han sido infrautilizados. Sin embargo, según Enagás, la empresa adjudicataria, tras la guerra de Ucrania, el 70% de los días en uso de los gasoductos se utilizaron para exportar gas a Francia. Francia, que apuesta por la energía nuclear, cree que el gas no tendrá futuro y apela al objetivo europeo de utilizar renovables al 100% para 2050. Un pensamiento que ha levantado más de una ceja. Si bien es cierto que la nueva taxonomía contempla calificar la energía nuclear como ´verde´, también lo hará con el gas.España podría exportar gas licuado a Alemania por barco. Sin embargo, Alemania no tiene, por ahora, ninguna gasificadora para convertidor a gas natural.El BarMar nace con las esperanza puesta en el consenso de España y Francia que, definitivamente también favorecerá a Alemania, aunque a medio plazo. Es decir, Alemania tendrá que sacarse las castañas del fuego en otro lugar, por lo menos hasta nueva orden. Por: Concha Caiña Content manager Concha es una profesional de la comunicación que ha desarrollado su carrera como periodista, editora y responsable de múltiples proyectos digitales y editoriales en España y el Reino Unido. Defensora del medio ambiente, la sostenibilidad corporativa y las energías renovables, espera que Europa sea una referencia para un planeta más verde y más justo.